sábado, 17 de octubre de 2015

LA HEBRA DE LA VIDA


Toda la humanidad, toda la especie humana se halla concentrada en una célula de ADN. Cada ser humano es una Lucy en potencia.  Idealmente, con una sola pareja se podría reproducir, de nuevo, toda la especie humana. Es asombrosamente increíble. Ya es conocido que el asombro es el principio de la filosofía y al mismo tiempo es la constatación de la aparición de la consciencia humana en su más alto nivel para su auto contemplación y para extender sus posibilidades cognitivas.
 La Naturaleza dispone sólo de un modelo de especie humana pero lo reproduce ad infinitum. Lo maravilloso de este hecho es que este filamento contiene el misterio de la vida y está ahí toda la especie, en este caso, la humana.
El ser humano individualmente es consciente de este hecho tan mundano y tan profundo a la vez pero es difícil asimilar en toda su dimensión la trascendencia, la universalidad, la centralidad y la unicidad de toda nuestra especie. Se forma parte de una cadena, de una correa de transmisión, y en este sentido la única misión es continuarla de forma imperecedera.
El otro hecho tan asombroso como el relatado es que el ser humano es el único de relatarse, de percatarse de sí mismo. Es una subjetividad explosiva, expansiva y controladora de su medio.
3-10-15


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