sábado, 12 de mayo de 2018





                    DUALIDAD, ESENCIA HUMANA

Los sentimientos son connaturales a los seres humanos, se nace con ellos, forman parte de la persona y en principio es una de las condiciones de ser propias de nuestra especie. Los seres humanos son sociales también por nuestra idiosincrasia natural. Sentimientos y sociabilidad van unidos indefectiblemente formando un tejido, una malla social unida por homogeneidades y afinidades circunstanciales complejas.
Vamos a detenernos en los sentimientos como eje primordial que infunde todos nuestros actos y relaciones interpersonales.
Si tratamos de indagar en el origen de los sentimientos nos daremos cuenta de que la persona humana nace ya con esta disposición de ánimo, es natural en sí mismo sentir afectación por los demás que en definitiva no es más que sentirse a sí mismo. El individuo se sentiría sólo, aislado, vulnerable, si no fuera porque se ve reflejado en los demás y percibe su comprensión mutua y su apoyo. Es el propio instinto de supervivencia, el sentimiento hacia el prójimo es el mismo que el que tú sientes de él hacia ti, es puro instinto de supervivencia. La necesidad de comprensión, de relación, va favoreciendo la formación de la consciencia de uno mismo y su autoafirmación como ser sintiente.  La conciencia es supra naturaleza adquirida, es una construcción humana, y se va formando con los ingredientes clásicos de la dualidad humana. Ya la RAE introduce en el sentimiento la acepción de sentir y sentirse; sentir lo externo y sentirse a sí mismo como sintiendo. El mundo exterior afecta a la persona positiva o negativamente, la naturaleza, las relaciones humanas, causan, placer, dolor o nos son indiferentes, pero siempre en relación con nosotros mismos. Se puede sentir atracción o repulsión de lo que nos rodea, pero respecto al trato unipersonal aparecen factores no estrictamente atribuibles a causas físicas, sino que obedecen a los otros instintos humanos subordinados que también forman parte de la misma esencia humana y que tienen una repercusión directa en los sentimientos que provocan.
Los sentimientos se integran en la totalidad de las capacidades de los humanos y son parte esencial y colaboradora del avance del conocimiento en toda su amplitud. La razón se nutre de los sentidos y de los sentimientos que provocan y a su vez colabora a relativizar y a dar contenido de integridad a toda la potencialidad humana. La experiencia que se adquiere con el desarrollo de todos los componentes naturales y adquiridos va integrando lo que será una persona en su completitud.
Lo que aquí y ahora se quería resaltar es la importancia de los sentimientos en la conformación total del ser humano y su contribución a la plenitud de este. Los sentimientos son lo que da sentido emocional a la vida y su exacerbación, publicación y exteriorización pueden conmover las conciencias del grupo social y así agrandar la experiencia y el conocimiento de la generalidad.
La relación que se establece entre los sentimientos participados de racionalidad y su interrelación con el conocimiento general de todo el corpus cognitivo ayuda a la universalización del conocimiento general. De este conocimiento general se desprende una visión del mundo más intuitiva y más emocional en definitiva más sentida y cercana a la misma naturaleza.
El ser humano es razón y sentimiento y esta es su verdadera condición natural. Reconocer y mantener esta dualidad es proyectar la humanidad en su natural universalización.


V-2018