lunes, 27 de enero de 2014

CURIOSIDAD EXISTENCIAL

Todo ser humano, en cualquier tiempo y lugar, puede tener la necesidad o incluso la curiosidad existencial de pensar en su propia persona, preguntarse por su situación, quién es, qué hace, qué se espera de él. Estas preguntas pueden surgir espontáneamente y no hacen falta grandes ideologías ni cuerpos doctrinarios en donde bucear para alcanzar alguna idea clara que responda a esas preguntas. El hombre puede fijarse en los demás, en cómo son sus prójimos, qué cosas los diferencian y sobre todo cuáles son las cosas que les son comunes. Se puede indagar en la historia y ver el recorrido de los hombres a través de los tiempos, pero es más fácil y sencillo averiguar cómo son los hombres actuales en diferentes situaciones, en diferentes culturas, con diferentes religiones. Con un poco de esfuerzo se puede llegar a una comprensión bastante cabal de cómo son todos los hombres y lo poco que los separan las cosas más importantes y trascendentes. Si el hombre mira en su interior e intenta captar el interior de sus prójimos se dará cuenta que en lo substancial son muy parecidos y lo que los separa son capas superficiales, capas adheridas a su persona de creencias, costumbres y situaciones fruto de su circunstancia, que definen una personalidad, pero que por debajo hay algo más sustancial y que en definitiva es darse cuenta de la pertenencia a una misma especie, a la especie humana. Esto es sólo una reflexión, algo accesible a la comprensión de todo hombre. Y que seguramente no modificará ninguna conducta futura pero al menos proporciona conocimiento de sí mismo y comprensión para con los demás y sus circunstancias. Estas consideraciones pueden surgir con independencia del status de la persona, de su cultura y de su situación económica y social, es una reflexión del individuo de carácter existencial y que surge o puede surgir de una consciencia emergente.

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