Todo ser humano, en cualquier tiempo y lugar, puede tener la necesidad o incluso la curiosidad existencial de pensar en su propia persona, preguntarse por su situación, quién es, qué hace, qué se espera de él. Estas preguntas pueden surgir espontáneamente y no hacen falta grandes ideologías ni cuerpos doctrinarios en donde bucear para alcanzar alguna idea clara que responda a esas preguntas. El hombre puede fijarse en los demás, en cómo son sus prójimos, qué cosas los diferencian y sobre todo cuáles son las cosas que les son comunes. Se puede indagar en la historia y ver el recorrido de los hombres a través de los tiempos, pero es más fácil y sencillo averiguar cómo son los hombres actuales en diferentes situaciones, en diferentes culturas, con diferentes religiones. Con un poco de esfuerzo se puede llegar a una comprensión bastante cabal de cómo son todos los hombres y lo poco que los separan las cosas más importantes y trascendentes. Si el hombre mira en su interior e intenta captar el interior de sus prójimos se dará cuenta que en lo substancial son muy parecidos y lo que los separa son capas superficiales, capas adheridas a su persona de creencias, costumbres y situaciones fruto de su circunstancia, que definen una personalidad, pero que por debajo hay algo más sustancial y que en definitiva es darse cuenta de la pertenencia a una misma especie, a la especie humana. Esto es sólo una reflexión, algo accesible a la comprensión de todo hombre. Y que seguramente no modificará ninguna conducta futura pero al menos proporciona conocimiento de sí mismo y comprensión para con los demás y sus circunstancias. Estas consideraciones pueden surgir con independencia del status de la persona, de su cultura y de su situación económica y social, es una reflexión del individuo de carácter existencial y que surge o puede surgir de una consciencia emergente.
lunes, 27 de enero de 2014
miércoles, 15 de enero de 2014
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JUSTICIA E INJUSTICIA
Lo que se pretende aquí es la comprensión de una realidad social que no por ser más o menos justa o injusta es menos real. La comprensión, el conocimiento, ha de partir siempre de la realidad.
La diversidad y complejidad de cualquier sociedad en tiempos pasados o presentes comporta una disparidad profunda en las tareas a desarrollar por los miembros de estas sociedades. Dado el grado de desarrollo socio-económico, cultural y de posibilidades materiales de cada sociedad, éstas presentarán una amplia gama de oportunidades de desarrollo personal y por ende de distinguirse social y económicamente unos de otros. Las estructuras sociales que se van creando y heredando no siempre permiten una fácil permeabilidad, una movilidad social entre distintos tramos de su organización, lo que deriva en un cuadro de desigualdades y de estratos sociales bien diferenciados social y económicamente considerados. Y todo ello se ha dado y se da en cualquier lugar y en cualquier momento de la historia y nuestro tiempo actual no es ninguna excepción. Otra cosa es la consideración general que merezca esta situación y la forma de encauzarla, buscando siempre de salvaguardar la dignidad y la integridad de todas las personas dentro del marco general y especial al que se pertenece. Los valores humanos esenciales están por encima de cualquier estructura material y a ellos se debe el conjunto de la Humanidad.
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