MOMENTO Y RELATO HISTORICO
El enfoque de la historia puede partir de dos presupuestos o componentes fundamentales
El primero es la descripción, el retrato, la instantánea, de un momento dado, de una sociedad determinada. La descripción debe detallar los rasgos importantes de la estructura social y política, la organización económica, las creencias que informen un modo, un estilo de vida, el nivel cultural general y científico alcanzado. En este primer informe se hará constar la situación geográfica precisa que enmarca unas condiciones naturales prácticamente inamovibles en el tiempo así como unas condiciones ambientales derivadas en primer lugar de la anterior y sujetas también a la acción del hombre. Las condiciones geográficas naturales tienen su influencia y su impronta en la forma de ser y de comportarse de cualquier comunidad humana y deben ser muy tenidas en cuenta en cualquier estudio histórico o sociológico.
El componente fundamental del relato histórico es el dar cuenta, es la justificación del cómo y el por qué un tipo de sociedad determinada ha llegado a ser lo que es en un punto de su existencia o de su evolución como colectivo diferenciado. Esto dicho así escuetamente es una obviedad pero aplicado en sentido estricto, la historia sería la descripción y el relato de las condiciones y los hechos que han conducido a la situación informada previamente. El gran relato histórico es precisamente éste y toda la evolución, desarrollo y sucesos acaecidos deben sintetizarse en líneas argumentales que desemboquen precisamente en puntos de actualidad.
El hecho histórico en sí, la situación concreta en un momento y lugar determinado no es en sí mismo objeto de valoración, los hechos son los que son y desembocan en un tipo determinado de sociedad. Esto en cuanto a la historia desnuda. Otra cosa es la sincronía comparativa con otras sociedades en entornos similares. Prácticamente siempre ha existido, en diversos grados, un mundialismo y un multiculturalismo que ha permitido una permeabilidad de información y consciencia de una diversidad de hecho que ha provocado interrelaciones comparativas y efectivos cambios en todos los órdenes prácticos. No existen modelos perfectos de sociedades paradigmáticas; las sociedades se influencian recíprocamente en razón de su mayor eficacia en conseguir objetivos materiales y culturales de solvencia probada.
Una sociedad ha llegado a ser lo que es por su pasado pero se concreta en un momento determinado. En ese punto todo lo que de verdad importa de su pasado está incorporado en su presente, se diría que la historia nada tiene ya que decir ni que agregar a lo que ya está contenido indisolublemente en el cuerpo social y en las condiciones totales de su viabilidad vital y social. Lo que verdaderamente importan son las potencialidades de futuro que lleva incorporada cada sociedad, atendiendo a su pasado y a su idiosincrasia y a las interrelaciones con otras sociedades y en unos medios naturales siempre cambiantes.
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