martes, 13 de diciembre de 2011



SINCRETISMO CULTURAL ACTUAL

El pensamiento budista, taoísta, y en general el pensamiento introspectivo oriental, con sus prácticas milenarias de meditación trascendental y ejercicios corporales tendentes a la anulación de los apetititos carnales y en búsqueda constante de un absoluto nirvana, es decir de la anulación práctica de los deseos y la conformidad en un vacío de paz y tranquilidad, lo que persigue son dos objetivos absolutamente principales: la tranquilidad del espíritu y del cuerpo y la comprensión del mundo mediante la introspección profunda del ser que ha de deducirse del haber llegado a la raíz del ser humano deforma intuitiva y no analítica.
El mundo de la acción es consciente del valor adquirido o valores adquiridos por este tipo de visión del mundo y de alguna manera pretende acceder al mismo mediante alguna de sus prácticas más comunes. Pero este es un enfoque parcial, el contagio o el sincretismo de estas formas distintas de vida debe buscarse en una visión de globalidad, no basta con la práctica de algunos ejercicios o de dedicar algunas sesiones a algún tipo de meditación, sino que la positividad de este tipo de vida oriental debe acceder o dar paso a una actitud que informe toda la conducta, es decir que siempre se tenga presente, latente, el espíritu que anima toda esta forma de ver la vida. El mundo de la acción debe tener en cuenta el relativismo de su acción, el mismo ritmo de vida alterado debe dar paso a pausas mas mesuradas. La ética que puede derivarse de una actitud oriental puede influir en una ética aplicada en la vida cotidiana de un mundo activo. El mismo cuerpo humano debe respirar más profundamente y acompasar su acción de forma más equilibrada y templada. El pensamiento oriental puede ayudar a conservar valores que nunca debimos perder. El hombre debe armonizar un progreso deseable con unos valores que no lo alienen y lo mantengan plenamente en una autoconciencia de su ser y de su posición en el mundo.



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