jueves, 18 de octubre de 2018

unicidad y diversidad del ser humano


UNICIDAD Y DIVERSIDAD DEL SER HUMANO

El principio de la poesía es una interiorización profunda del ser humano en busca de su ser más íntimo, es una búsqueda de sí mismo y de su relación con el mundo y con los demás. Otra cosa es que sienta además la necesidad o desee comunicar sus sentimientos, sus hallazgos, darlos a conocer para transmitir sus emociones y visiones del mundo según su particular punto de vista. Llevar a cabo esta tarea no es tarea sencilla, al contrario, se precisa de un gran esfuerzo y capacidad lingüística para plasmar todo ese mundo interior, fijar indeleblemente todos esos pensamientos internos y que de alguna manera sean capaces en sí mismos de retransmitir con la mayor fidelidad los pensamientos de su autor, o simplemente induzcan intuitivamente a la idea que se ha querido transmitir.
Al contrario que la Filosofía que fija su atención racional en las entidades abstractas y en la concreción de su propio ser, pero como reflejo de universalidad, la poesía es en algún sentido epistemología de lo concreto, máxime, de la abstracción materializable. Aquí aparece de nuevo, siempre repetidamente, la dualidad humana. El individuo es un ser racional y un ser sentiente, esta es la raíz y la esencia humana, es lo que nos ha llevado a ser lo que somos y el lugar que ocupamos en la escala de la vida. Para nosotros es un hecho de nuestra Naturaleza. Cada uno de nosotros participa de ambas facultades desarrolladas individualmente según capacidades y circunstancias materiales, temporales e históricas. El individuo concreto puede fijar la atención en la materialidad del mundo que le rodea y su actuar lo relaciona directamente al estudio racional y la práctica objetiva del mundo en que se desenvuelve.
A su vez el mismo individuo es participe de la sociedad, entendida en su máxima extensión, en que él desenvuelve su vida. Forma parte de la sociedad y está sujeto a normas, reglas, costumbres que la rigen. Gestiona su vida práctica y especula sobre su circunstancia personal y en relación con el grupo social al que pertenece y al más amplio que lo engloba. Fija su atención en las relaciones humanas de primer orden, las que le afectan más directamente. Intenta escrutar el comportamiento de sus semejantes y adaptar el suyo propio a su conveniencia, en definitiva, en su evolución cognitiva y sensitiva, lo que está realizando es un estudio, un examen de cómo es y cómo se comporta la sociedad humana. Nótese lo evidente, aquí el individuo ya no enfoca su interés en la materialidad del mundo, en la Naturaleza externa a las personas, fija su atención en ellas y a interesarse en la verdadera esencia del ser humano. De la capacitación, sensibilidad, e interés dependerá el resultado de esta indagación profunda.
Aquí, en esta franja, es donde se sitúa la actividad humana que reflejará la comprensión de las personas en su individualidad y extendidamente en la comprensión de lo que es y representa la humanidad en su conjunto y de su relación con la Naturaleza toda, pero la Naturaleza entendida o vista desde un prisma individual y subjetivo. De la dualidad humana hemos de destacar que el ser es uno e indivisible y que cualquiera que sea su inclinación en el mundo sensible, social, o material, el resultado final de su pensamiento y acción se verá afectado e influenciado por la unicidad del ser humano.
Aun teniendo en cuenta todo lo expresado hasta ahora, queremos destacar una faceta humana más destacada en determinados individuos para llegar al fondo de la particularidad humana tanto individual como colectiva. Es una inmersión en el propio yo, y a su través un reconocimiento de toda la humanidad, y de la relación con una Naturaleza, en su sentido más amplio, y que en su seno ha sido posible participar, disfrutar y contemplar toda la variedad de vida existente.

18-10-18