UNICIDAD Y DIVERSIDAD DEL SER HUMANO
El principio de la poesía es una interiorización
profunda del ser humano en busca de su ser más íntimo, es una búsqueda de sí mismo y de su relación con el mundo y con los demás.
Otra cosa es que sienta además la necesidad o desee comunicar sus sentimientos, sus hallazgos, darlos a conocer para transmitir
sus emociones y visiones del mundo según su particular punto de vista. Llevar a
cabo esta tarea no es tarea sencilla, al contrario, se precisa de un gran
esfuerzo y capacidad lingüística para plasmar
todo ese mundo interior, fijar indeleblemente
todos esos pensamientos internos y que de alguna manera sean capaces en sí
mismos de retransmitir con la mayor fidelidad los pensamientos de su autor, o
simplemente induzcan intuitivamente
a la idea que se ha querido transmitir.
Al contrario que la Filosofía que fija su atención
racional en las entidades abstractas
y en la concreción de su propio ser, pero como reflejo de universalidad, la poesía es en algún sentido epistemología de lo
concreto, máxime, de la abstracción materializable. Aquí aparece de nuevo,
siempre repetidamente, la dualidad
humana. El individuo es un ser racional
y un ser sentiente, esta es la raíz
y la esencia humana, es lo que nos ha llevado a ser lo que somos y el lugar que
ocupamos en la escala de la vida. Para nosotros es un hecho de nuestra Naturaleza. Cada uno de
nosotros participa de ambas facultades desarrolladas individualmente según
capacidades y circunstancias materiales, temporales e históricas. El individuo
concreto puede fijar la atención en la materialidad del mundo que le rodea y su
actuar lo relaciona directamente al estudio racional y la práctica
objetiva del mundo en que se desenvuelve.
A su vez el mismo individuo es participe de la
sociedad, entendida en su máxima
extensión, en que él desenvuelve su vida. Forma parte de la sociedad y está
sujeto a normas, reglas, costumbres que la rigen. Gestiona su vida práctica y especula sobre su circunstancia personal y en relación
con el grupo social al que pertenece y al más amplio que lo engloba. Fija su
atención en las relaciones humanas de primer orden, las que le afectan más
directamente. Intenta escrutar el comportamiento de sus semejantes y adaptar el
suyo propio a su conveniencia, en definitiva, en su evolución cognitiva y sensitiva, lo que está realizando es un
estudio, un examen de cómo es y cómo se comporta la sociedad humana. Nótese lo
evidente, aquí el individuo ya no enfoca su interés en la materialidad del
mundo, en la Naturaleza externa a las personas, fija su atención en ellas y a interesarse en la verdadera esencia del ser
humano. De la capacitación, sensibilidad, e interés dependerá el resultado
de esta indagación profunda.
Aquí, en esta franja, es donde se sitúa la
actividad humana que reflejará la comprensión
de las personas en su individualidad
y extendidamente en la comprensión de lo que es y representa la humanidad en su conjunto y de su relación con la Naturaleza toda, pero la Naturaleza entendida o vista desde un prisma individual y subjetivo. De la
dualidad humana hemos de destacar que el ser es uno e indivisible y que
cualquiera que sea su inclinación en el mundo sensible, social, o material, el resultado final de su pensamiento y acción
se verá afectado e influenciado por la unicidad
del ser humano.
Aun teniendo en cuenta todo lo expresado hasta
ahora, queremos destacar una faceta humana más destacada en determinados
individuos para llegar al fondo de la particularidad
humana tanto individual como colectiva. Es una inmersión en el propio yo, y a
su través un reconocimiento de toda
la humanidad, y de la relación con una
Naturaleza, en su sentido más amplio, y que en su seno ha sido posible participar, disfrutar y contemplar toda la
variedad de vida existente.
18-10-18