domingo, 1 de abril de 2018

la poesía, conocimiento transversal




LA POESIA

CONOCIMIENTO TRANSVERSAL


Tratemos de situar al ser humano justamente en sus raíces no solo ancestrales sino actuales y permanentes. No es el momento de una retórica metafísica sino de acercarnos a su realidad factual. Afrontamos ahora el hecho indubitable de que la persona es participe de dos mundos paralelos en cuanto lo que a él le concierne. Por un lado, está el mundo objetivo, material, sustantivo, que el individuo aborda con la razón, con la práctica y experiencia acumulada, es el mundo del modus vivendi, el que satisface el instinto de conservación y permite una evolución proporcionada a sus logros. El ser actuante, pragmático, racional es el que afronta su realidad material con solvencia y es el que resuelve los problemas de su quehacer imprescindible para el mantenimiento y sostenimiento de las estructuras sociales materiales.
Por otro lado, está el mundo interno del ser humano, su subjetividad, su forma de ver y concebir el mundo exterior. Esta faceta de la personalidad humana presenta tantas aristas como individuos hay en la faz de la tierra. No hay dos individuos iguales que conciban cuál es su papel y posición en el mundo y en la sociedad. El mundo de la persona es el mundo del sentimiento, de sentirse vivo, de observar un mundo que apenas comprende. Es el mundo del ver, de interpretar, de amar y sentir compasión, benevolencia, caridad, de apreciar la belleza, de maravillarse, de imaginar mundos distintos, de pensar en el más allá y a la vez imaginar que existe ese más allá y por tanto de que existe la posibilidad de la existencia real de seres superiores, dioses creadores y omnipotentes.
Todo este mundo que los vivientes sienten por el hecho de estar vivos engendra todo un mundo de sensaciones, pensamientos, sentimientos, que son percibidos en principio en primera persona, internamente, y después pueden ser expresados y hacerlos partícipes a los demás miembros de su grupo y a la sociedad en general.
El mundo mental es inconmensurable, diverso e infinito en sus variedades y ramificaciones. La forma de expresión que los individuos tienen para describir lo que ellos creen, piensan, respecto a ellos mismos y en relación con su circunstancia y al mundo que de alguna forma les es conocido varía en función absolutamente de cada individuo y circunstancia.
El pensamiento es intrínseco a la persona y la forma de expresión externa que adopta en cada caso se corresponderá a la percepción, sentimientos y conocimiento del mundo que haya extraído de su propia subjetividad. Una forma de expresar lo que el individuo siente, y le parece comprender de la totalidad de su mundo lo hace de una forma descriptiva, lineal, con la máxima apariencia de la realidad que cree se corresponde con lo que observa, y dentro de los cánones y formas que su entorno social y cultural le han imbuido.
La interpretación del mundo en toda su magnitud, incluyendo a los seres vivos y en especial a los humanos se produce de forma natural y equivale cuantitativamente a la totalidad de las mentes humanas. A pesar de ello siempre a través de todos los tiempos y civilizaciones se ha intentado sistematizar de alguna manera y homogeneizar tipos de creencias, doctrinas, corrientes de pensamiento, con el objetivo de acercarse a la realidad del mundo en todas sus facetas. Aquí ahora querríamos destacar un tipo especial de pensamiento, una visión que intenta profundizar en la genuina esencia humana, más allá de la estricta dependencia que lo material impregna todo el acontecer.  La visión poética ahonda en la esencia del mundo y de la humanidad y de los sentimientos que se generan en sus interrelaciones. Es una voz y una mirada prístina, profunda, quiere saber, averiguar, la verdad más escondida y darla a conocer. Buscada o no, la poesía brota espontáneamente en sensibilidades agudas y de la misma manera es reconocida. La sola razón no agota la realidad-verdad del mundo.
Las relaciones que los humanos establecen entre sí y con el mundo, los sentimientos y avatares de cada ser son infinitos e intentar captarlos en su verdadera dimensión daría cuenta del verdadero valor de cada persona en particular, y en definitiva representaría la esencia de la especie humana y su relación con todo su universo. Normalmente la racionalidad lógica, científica, que se ocupa de las macro relaciones entre todos los factores que están a su alcance, no entra en el análisis pormenorizado de las relaciones humanas en toda su variedad y profundidad, este campo parece reservado al tipo de pensamiento que se ocupa de lo inmaterial, de lo espiritual, o de las humanidades en su acepción general. Y es en este campo de donde surgen las artes, las letras, la literatura y el pensamiento especulativo, filosófico, religioso, etc., la pintura, la música, la psicología y como no la poesía. Y es en este último punto concreto donde queríamos llegar para situar esta disciplina o mejor esta facultad innata en algunos seres privilegiados. La razón pertenece al grupo, la poesía se introduce en el alma de los seres, su mirada es de comprensión, de caridad, en cierta forma se apiada de los humanos y de sí mismo. También imparte fe y esperanza y sobre todo la poesía es portadora de amor, de profundo amor.

II-2018